viernes, 15 de mayo de 2015

Graellsia, la Mariposa Isabelina.

Descubierta y descrita por Mariano de la Paz Graells en 1848, bajo la denominación de Saturnia isabelae, la "Mariposa Isabelina" es la reina indiscutible de la entomología ibérica. En 1896, Grote la separó del género Saturnia y creó el género Graellsia en honor a su gran descubridor. Sin embargo, su extraordinario parecido con las "Mariposas Luna" de Norteamérica (Actias luna) justifica, en la actualidad, su inclusión dentro del género Actias, pasándose a llamar Actias isabelae. No obstante, el Código Internacional de la Nomenclatura Zoológica sigue admitiendo como válida la denominación más popular y conocida: Graellsia isabelae.
Foto: Miguel Varona.
En San Lorenzo de El Escorial existe una curiosa afición por la entomología que me llamó poderosamente la atención al poco tiempo de venir a vivir aquí. La razón probablemente sea que este municipio está muy estrechamente vinculado a la figura de uno de los científicos más destacados de la España del siglo XIX: Mariano de la Paz Graells. Nació en Tricio (La Rioja) y se formó en Barcelona, pero en 1837 se trasladó a Madrid para ejercer como profesor de Zoología. Acabó siendo el director del Real Museo de Ciencias Naturales, y durante sus años de investigación en Madrid, estableció su residencia en San Lorenzo de El Escorial.
Mariano de la Paz Graells
Durante once años, Graells rastreó los pinares de Peguerinos y de Valsaín, en busca de una Mariposa Luna que había sido vista por el entomólogo Juan Mieg. En 1848 encontró una oruga que le hizo sospechar en una nueva especie para la ciencia. Pero al año siguiente localizó por fin a un imago que confirmó sus teorías. Fue un gran descubrimiento, porque no se tenía conocimiento alguno de la existencia de una "Mariposa Luna" en Europa. Graells la bautizó como la "Mariposa Isabelina" (Saturnia isabelae), en honor la reina Isabel II.
Dibujos originales con los que Graells publicó su especie en la Sociedad Entomológica de Francia en 1850.
Los entomólogos franceses cuestionaron su descubrimiento hasta el punto de calificarlo como "fraude". Sin embargo, no tardaron en rendirse a las evidencias y finalmente tuvieron que aceptar que en España existiera la más bonita de las mariposas europeas. 
Foto: Miguel Varona. 
No es nada fácil encontrarse con ella. La especie está catalogada como "de interés especial" en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, y está incluida en el Convenio de Berna II, en CITES, en la IUCN-V y en la Directiva 92/43/ CEE (Directiva Hábitats de la Unión Europea). Sin embargo, he tenido la gran fortuna de encontrarla la primera noche que he salido en su búsqueda, en el mismo lugar donde fue descubierta, en los Pinares Llanos de Peguerinos:

FICHA TÉCNICA:
Lugar del avistamiento: Pinares Llanos de Peguerinos, Sierra de Malagón (Ávila).
Fecha del avistamiento: 15 de mayo de 2015.
Nombre común: Mariposa Isabelina.
Nombre científico: Graellsia isabelae Graells.
Familia: Saturniidae.
Posición sistemática: Clase Hexapoda (Insecta); Orden Lepidoptera.
Longitud: Entre 6 y 10 cm. de envergadura.  
Hábitat: Pinares de Montaña.
Distribución geográfica: Endémica Ibérica (Sistema Central, Cazorla, Alto Tajo y Pirineos). La pequeña población de los alpes franceses probablemente fue introducida por los entomólogos galos.  
Biología: Los imagos (adultos) surgen entre mayo y junio a partir de las crisálidas que han permanecido durante todo el invierno en el interior de capullos de seda, ocultos entre la hojarasca del pinar. Las hembras permanecen inmóviles en los troncos de los pinos emitiendo feromonas que atraen a los machos. Estos, mucho más activos, vuelan durante toda la noche en busca de alguna hembra. No se alimentan, y mueren nada más producirse la cópula. Las hembras depositan entre 60 y 200 huevos escondidos entre las grietas de las cortezas y ramas, y acto seguido muere. Transcurridos 12 días, nacen las larvas, negras y pequeñas, que se instalan sobre las acículas de los pinos alimentándose activamente de ellas. Pasado el verano y tras cuatro mudas, las orugas alcanzan unos 8 cm. y adquieren la coloración característica de la especie. A finales del verano, bajan al suelo y se preparan para pupar construyendo un capullo de seda muy duro que ocultan entre la hojarasca y los musgos.  

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