martes, 14 de agosto de 2012

Flora submarina del Mar Mediterráneo.

Hace unos 250 millones de años, en el Mesozoico, La Tierra estaba formada por dos grandes continentes: Laurasia y Gondwana. Ambos continentes estaban separados por el Mar de Tethys. A lo largo de la historia geológica aquel mar evolucionó hacia lo que es hoy el Mar Mediterráneo, un mar "aislado" que sólo se comunica con el exterior a través de dos estrechos: El Estrecho de Gibraltar, por el que se abre al océano Atlántico; y el Estrecho de Bósforo, por el que se comunica con el Mar Negro.

Ha sufrido tantos cambios geológicos que hoy no queda ni rastro de la flora original de antiguo Mar de Tethys. El Mediterráneo mueve sus aguas como un gran torbellino; es un mar deficitario en agua (se evapora más agua de la que llega por los ríos y la lluvia), pero este déficit hídrico es compensado con las aguas que entran por Gibraltar. Bajo el estrecho de Gibraltar existe un caudaloso río submarino que vierte aguas constantemente hacia el Mediterráneo. Este "río" arrastra consigo millones y millones de esporas y esquejes de algas de todo tipo. Durante las glaciaciones entraron algas procedentes del Atlántico Norte, y durante los períodos de calentamiento entraron algas procedentes del Atlántico más tropical. Algunas de estas especies han logrado evolucionar dentro del Mediterráneo y han originado nuevas especies endémicas. Sin embargo, se puede decir que la mayor parte de la flora marina del Mediterráneo está presente también en el Atlántico y en el Mar Negro.

Hoy me encuentro en la Playa de Tabernes (Tabernes de La Valldigna, Valencia) disfrutando de unos calurosos días de vacaciones. Ayer hubo bastante oleaje y hoy me he encontrado en la playa con tres especies diferentes de algas. No se parecen a las que habitualmente localizo por las costas asturianas del Cantábrico, de modo que me dispongo a estudiarlas para identificarlas.

Una de ellas presenta un talo foliáceo de unos 12 cm. de diámetro, es de consistencia gelatinosa, tiene color rojo, y los extremos del talo están profundamente divididos. Se trata de la conocida vulgarmente como "Membrana de Mar", Halymenia floresia, un alga rodofícea que se asienta sobre sustrato rocoso hasta los 30 m. de profundidad, presente tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico oriental, Mar Rojo y océano Índico.

Halymenia floresia, la "Membrana de Mar".
 A otra de las especies es otra rodofícea que identifiqué en un principio como Plocamium cartilagineum,  pero unas pequeñas bayas esféricas dispuestas junto a las rámulas espinosas de las últimas ramificaciones me llevaron a la especie Sphaerococcus coronopifolius. Esas "bayas" son los cistocarpos. Se trata de otra rodofícea bastante común en las costas del Atlántico más oriental, Mediterráneo y Mar Negro.

Sphaerococcus coronopifolius. (Foto: JPierre). 
Otra de las muestras que he podido recolectar de la playa me recuerda a las algas de género Fucus, tan comunes en el Cantábrico. Se trata de Dictyopteris membranacea, una feofícea cosmopolita bastante común.
Dictyopteris membranacea.

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